LA CENICIENTA
Érase una vez una chica llamada Cenicienta. Vivía con su padre, con su madrastra y con sus dos hermanastras quienes obligaban a Cenicienta, a hacer todas las tareas de la casa.
Un día, el príncipe organizó un baile, invitando a todas las jóvenes. La madrastra no dejó a Cenicienta ir. Mientras se iban, Cenicienta estaba triste, pero apareció su hada madrina y le dio lo que necesitaba: una carroza, un vestido precioso, unos zapatos de cristal, etc... y le advirtió que volviera antes de las doce.
Cuando llegó al baile bailó y habló con el príncipe y estaba tan a gusto que al oír la primera campanada salío corriendo y perdió uno de sus zapatos.
El príncipe dijo que se casaría con la dueña del zapato, así que dijo a un señor que probara el zapato a todas las jóvenes del reino.
Al llegar a casa de Cenicienta, a una hermanastra le quedaba grande y a la otra le quedaba pequeño, pero a Cenicienta le quedó perfecto. Y Cenicienta y el príncipe se casaron.